
Morirse sale caro, si pensabas que vivir es costoso, espera a ver la factura de morirse. Sí, la vida es cara, pero la muerte tampoco es gratis. Si no dejas tus finanzas en orden, podrías convertirte en el protagonista de un drama familiar digno de telenovela: herencias peleadas, deudas misteriosas y un cuñado que jura que «tú le prometiste el carro».
El día de hoy te explico por qué es crucial organizar tu dinero antes de la gran despedida y cómo hacerlo sin complicarte demasiado la existencia, porque ya bastante complicada está la partida.
1. La Gran Pregunta: ¿Quién pagará la cuenta cuando ya no estés?
Cuando alguien muere, sus deudas NO desaparecen mágicamente como los platos sucios en casa de mamá. Dependiendo de la legislación de tu país, las deudas pueden pasar a los herederos o ser cubiertas con los bienes que dejes.
Por ejemplo, si tienes una hipoteca y nadie puede seguir pagándola, el banco no va a llorar tu pérdida… simplemente se quedará con la casa.
Por eso, haz una lista de todas tus deudas y bienes. Si nadie sabe qué tienes o qué debes, será un “problemon” descifrarlo después.
2. El Testamento: Porque Nadie Quiere un Reality Show Post-Mortem
No tener testamento es como dejar una piñata sin palo en un cumpleaños infantil: habrá caos, llanto y alguien saldrá lastimado. Sin un testamento claro, la ley decidirá qué pasa con tus bienes, y créeme, no siempre será como tú lo imaginaste.
Solo el 30% de las personas hace un testamento en vida. El otro 70% deja a su familia con un rompecabezas legal.
No soy experto en testamentos, pero los que sí lo son recomiendan estos pasos básicos:
- Identifica a tus herederos.
- Define quién recibe qué.
- Consulta a un notario o abogado.
- Guarda el documento en un lugar seguro y avísales a las personas de confianza.
3. Cuentas Bancarias: No Hagas un Escape Room Financiero
Si nadie sabe dónde tienes tu dinero, podrían tardar meses o años en encontrarlo. Y si piensas que «mi familia ya sabe», recuerda que la memoria humana es tan confiable como un paraguas con agujeros. Mi mamá, tiempo después de haber fallecido mi papá, encontró en sus calcetines dinero, billetes que ya estaban fuera de circulación desde hace décadas. Así que te recomiendo que si dejas algo, hazlo saber por lo menos a una persona.
Aquí te dejo unos tips para evitar problemas:
- Deja una lista de todas tus cuentas bancarias, inversiones y seguros.
- Considera cuentas conjuntas con tu pareja o alguien de confianza.
- Determina beneficiarios en seguros y cuentas de retiro para evitar trámites largos.
4. Funeral y Gastos Finales: Porque el Último Adiós También Cuesta
La realidad es dura: un funeral puede costar entre $3,000 y $10,000 dólares, por lo menos, dependiendo de los lujos que elijas. ¿Y si no hay dinero? Adiós flores, hola gofundme, venta de comida o carwash.
Te comparto unas opciones para que no dejes a tu familia en aprietos:
- Seguro de gastos funerarios.
- Ahorro destinado para este propósito.
- Pre-planificación del funeral (sí, suena macabro, pero ayuda).
Por cierto, puedo ayudarte en cada uno de ellos para que estés preparado.
5. Herencia Digital: Tus Redes También Mueren Contigo
Hoy en día, no solo dejas bienes físicos, sino también cuentas digitales: redes sociales, correos, criptomonedas y hasta suscripciones que seguirán cobrándose aunque ya no estés.
¿Qué puedes hacer?:
- Crea una lista de tus cuentas y contraseñas.
- Define qué hacer con tus perfiles (Facebook permite convertirlos en cuentas conmemorativas, por ejemplo).
- Asegúrate de que alguien de confianza tenga acceso si es necesario.
Vive en Paz, Muere en Orden
Dejar tus finanzas listas no es solo un acto de responsabilidad, sino también de amor. Ahorras dolores de cabeza a tu familia y evitas que tu legado se convierta en una batalla campal. Así que deja de postergarlo: haz tu testamento, organiza tus cuentas y deja instrucciones claras. Al final, lo mejor que puedes dejar no es un desastre financiero, sino tranquilidad para los que más quieres.
Nos leemos la próxima semana.
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