El Día de Acción de Gracias es mucho más que una mesa llena de comida deliciosa y festín de platillos suculentos que parecen competir por nuestra atención y espacio en la barriguita. Este día tiene un propósito más profundo: detenernos un momento en medio del ajetreo de la vida y dirigir nuestra gratitud hacia quien nos da todo lo que tenemos, nuestro Dios.

En un mundo donde el «gracias» a menudo queda relegado a algo automático o superficial, el Día de Acción de Gracias nos invita a mirar hacia arriba, hacia Dios, y reconocer Su mano en nuestras vidas. Sí, está bien agradecer por las cosas simples como el café que nos despierta o los pantalones elásticos que nos salvan en esta fecha especial. Pero ¿qué tal si hoy profundizamos un poco más?

Agradezcamos por Su provisión constante, que nos da más de lo que merecemos. Cada plato en la mesa, cada risa compartida con la familia, y cada día que amanecemos con vida es un regalo directo de Su amor. Es fácil dar por sentado las bendiciones diarias, pero este día es una oportunidad para cambiar eso, para recordar que todo lo bueno viene de Él.

Dios no solo nos da lo material; también nos da Su paz en medio de las tormentas, Su amor incondicional cuando fallamos, y Su guía cuando estamos perdidos. Estoy seguro que en un año tan complicado, has podido experimentar su abrazo y compañía. Así que, entre el olor del pavo  horneado, tamales, el sabor del pie de manzana, o sea lo que esté en tu mesa, tomemos un momento para reflexionar en lo que realmente importa.

Este Día de Acción de Gracias, más allá de disfrutar el banquete, acerquémonos a Dios con un corazón lleno de gratitud. Que nuestras oraciones sean más largas que nuestras listas de compras, y que las palabras «gracias Dios» resuenen con la sinceridad de quien reconoce que todo viene de Él.

Porque cuando agradecemos a Dios, nuestro corazón se llena de paz, de gozo y de la certeza de que, pase lo que pase, estamos en Sus manos. Y eso, amigos, es el regalo más grande de todos.

¡Feliz Día de Acción de Gracias! Que sea un día de corazones agradecidos y ojos puestos en Aquel que lo hace todo posible.